De la vida fugaz

Editorial Almagesto
Buenos Aire, Argentina.
Año: 1994


¿Para qué todo el sufrimiento si al final llega la muerte...? No sólo se plantean esta cuestión quienes envejecen y enferman, sino también sus familiares, y hasta el personal encargado del cuidado de ancianos y enfermos: ¿para qué preocuparse hoy por quienes mañana estarán muertos?
Pero lo cosechado en la vida, todo lo logrado y llevado a buen término, lo realizado con amor, las posibilidades positivas del mundo realizadas en nosotros y por medio de nosotros, no pueden ser destruidas.
Los seres humanos obramos durante toda la vida, hasta el último momento (pues a la muerte siempre se llega vivo), y todo lo que hacemos convierte una posibilidad sin realizar. A medida que lo que no hacemos deja una posibilidad sin realizar. A medida que vivimos, pues, la mera fuerza vital se va convirtiendo en sentido de la vida. Y éste no envejece ni perece, Y es lo que ha de ser siempre afirmado.
Los dos trabajos reunidos en este libro (por expresa voluntad de sus autores) reflexionan sobre la transitoriedad de la vida y los problemas que ello plantea al psicoterapeuta, avanzando desde el horizonte de la logoterapia familiar.